Bienvenidas aquellas personas que osen poner sus ojos en este blog. ¿No te gusta el contenido? Bueno, acordemos no estar de acuerdo ;) Hasta más ver.
martes, 17 de agosto de 2021
Quién es quién
sábado, 17 de julio de 2021
Charla diurna
jueves, 15 de julio de 2021
Charla nocturna
domingo, 11 de abril de 2021
Un día más
Nuevo año. Nueva entrada. Qué mejor que empezarla con el título de un cómic de Spider-Man, ¿no?
Hace mucho que no escribo. No porque no me hiciera falta, sino por pereza. Me pasa demasiado. Dejar de hacer cosas que me gustan o que me vienen bien por pura pereza. Ése sería mi pecado, visto así. Andar, quedar con amigos, escribir historias que tengo pendientes... Esto último me da mucha rabia porque tengo ya las historias cerradas, guardadas en audio. Hice combo con una amiga mía y salió dos historias muy buenas. Pero, una vez más, la pereza entra en juego.
Podría pararme ahora a escribir. Pero necesito tiempo, inspiración, ganas... Y últimamente me falta todo eso. Para colmo, ahora de repente tengo la tensión alta. Posible hipertensión. Y no mola. La verdad es que tenía todas las papeletas de sufrirla porque mi padre era hipertenso. Además, he abusado de bebidas energéticas y no me he cuidado una mierda. Para qué mentir.
Ahora lo estoy intentando. No bebo nada que tenga cafeína, no abuso de la sal, intento calmarme y no alterarme tanto... Pero esto último es más difícil. Soy de mecha corta y me altero con cualquier cosa. Y siendo padre, la cosa se complica. Obviamente no es culpa de nadie. Soy yo el que tiene que intentar cuidarse sin importar lo que me rodee. Pero no es fácil cuando me despierto con taquicardia sin venir a cuento, por ejemplo. Parece que me tomo todo el asunto a risa pero... Para nada.
Me avisaban de que al final me pasaría factura el abuso de los monsters. Pero me entraba por un oído y me salía por otro. Mi problema es que me gusta mucho el sabor que tiene. Y supongo que por eso también me los bebía como si fuera un refresco normal. ¿Los echo de menos? Claro, igual si no pudiera beber más fanta. Irene dice que esto me pasa por la cafeína y toda la mierda que tiene. Que posiblemente tendrá razón, pero... Es que me gusta como saben xD
Sinceramente no sé cómo avanzará todo esto pero... Quiero creer que voy a poner todo de mi parte para no tener que recurrir a una pastilla para la hipertensión. Haré todo lo que esté en mi mano para ello. Además de escribir. Que siempre me viene bien pero siempre encuentro una excusa para no ponerme a ello.
Hasta más ver.
lunes, 7 de septiembre de 2020
Momento de claridad
lunes, 15 de julio de 2019
Amistad
Madre de Dios... Ni recuerdo mi última entrada. En fin, allá vamos.
Hola, ¿qué tal? Hagamos un experimento. Tranquilidad en las masas, no duele. Creo. Bien, comencemos.
Pararos a pensar durante un momento. Si sois como yo, os costará un poco. Ahora que lo pienso, no hace falta pararse para pensar. Se puede pensar mientras se camina, ¿no? Ea, que me pierdo.
El caso, que penséis durante un momento. Contad con los dedos de una mano, las verdaderas amistades que tenéis. Esas que, pase lo que pase, siguen ahí. Venga, que os doy tiempo.
¿Ya? Vale.
¿Os han faltado dedos? Es una gran noticia. ¿Os han sobrado? Uff.. No sé si es malo o bueno. Porque esa es la cosa. Realmente no hace falta tener ochocientos amigos o amigas. Hay una frase de una canción que dice "yo quiero tener un millón de amigos". ¿Seguro? Para qué. Si luego el 90% no vuelven una vez que se van. O somos nosotros mismos los que no deberiamos dejarles volver. Porque, si se fueron, por algo será.
Las cosas no pasan por casualidad. De hecho, mi pensamiento es que la casualidad no existe. La causalidad, en cambio, si.
A lo largo de mi vida, han entrado y salido amistades. Algunas las eché yo. Otras, se fueron. Y lo que me jode es echar de menos esas amistades. Si, si. Todas. Las que eché y las que se fueron. Obviamente si las eché fue por algo. Pero aun así... No puedo evitar que ronden mi cabeza. Otras obviamente no las quiero ni en el pensamiento. ¡Fus fus!
Últimamente estoy echando de menos a una persona en concreto. Y no entiendo el por qué. Sé perfectamente que pasa de mi. Que no ocupo ni un segundo en sus pensamientos. Y ahí viene la cosa. ¿Es más difícil superar una amistad que una relación? Supongo que depende de la amistad y de ésa relación. Pero aun así... Hay similitudes.
Me pongo a pensar en esas amistades que, por una razón u otra, se quedaron atrás. Y, en todas, me pregunto siempre lo mismo: ¿valoré yo más esa amistad que la otra persona? Si no, ¿por qué ocupan aún mis pensamientos? Quizás hablo sin saber. Quizás esas amistades miran mi perfil en alguna red social con ganas de hablarme. O miran mi número con ganas de llamarme. Pero, con todo y con eso, no puedo evitar sentir que no. Que no valoraron esa amistad. Que todo significó más para mi que para los demás.
Le doy demasiada importancia a todo. Así que imaginad a una amistad.
Sinceramente no entiendo esta necesidad de saber que no fui el único que lo di todo. El único que se esforzó en esa amistad.
Ojo, no soy perfecto. También he dejado de lado amistades. También he ignorado a personas. También he descuidado esas amistades. Y si en algún momento esas amistades reclaman explicaciones, se las daré.
Llevo semanas con ésta entrada y no la terminaba. Seguramente no la he terminado como había pensado al empezarla. Pero es lo que hay. Supongo que también depende de mi estado de ánimo.
Hasta más ver.
domingo, 23 de septiembre de 2018
Viejos recuerdos
Es curioso...
A lo largo de nuestra vida, conocemos a muchas personas. Personas que significan mucho para nosotros y otras que, simplemente, nos acompañan durante una parte de nuestra historia. Pero quedan ahí, en el recuerdo. Muchas de esas personas, acaban convirtiendose en nuestras mejores amistades. Mejor amigo o amiga. Yo, por supuesto, he sido de esas personas.
En la época del colegio tuve, hasta los 14 años, a un compañero de clase que fue mi mejor amigo durante todos esos años. Repetí un curso y nos fuimos distanciando. Quitando eso, durante esos años teníamos nuestro grupito de amigos en clase. Con los que me llevaba mejor, básicamente. Nunca destaqué entre los "populares", pero bueno. Eran mis amigos. Compartiamos risas, nuestros problemas... Era perfecto. Pero nada dura eternamente.
Como he dicho antes, repetí curso. En el nuevo curso, conocí a otras personas. Eran más afines a mis gustos e incluso a mi forma de ser. Las bromas eran las mismas. Me gustaban, y yo a ellos. Esto, hizo que me distanciara aún más del otro grupo. Hasta ya casi ni hablar. Una vez acabada la ESO, no volví a ver a ninguno. De ningún grupo. Se intentó reunir al segundo grupo de amigos hará unos años, pero no funcionó. Salimos un par de veces a cenar y tomar algo, incluso fuimos a la playa. Pero ahí quedó la cosa. Nos vemos en redes sociales y poco más.
Los amigos vienen y van. Hay algunas amistades que duran años. Otras, simplemente, se van deteriorando si no se cuidan. Es una pena... Echo la vista a atrás y puedo ver aún esos momentos vividos como si fuera ayer. Amigos del primer grupo, si acaso los veo por la calle. En redes sociales nos seguimos y esas cosas, pero no es una amistad. Al menos no una verdadera. Duele ver cómo algunos de ellos siguen saliendo juntos por ahí. Supongo que es envidia. Ver que realmente nunca terminé de encajar en sus vidas. O que nuestra amistad no significó lo mismo para ellos como lo significó para mi. Es triste, simplemente. Te hace pensar, "¿Cómo hemos llegado a esto?". La respuesta la he dicho antes. Una amistad, si de verdad la quieres conservar, hay que cuidarla. Se debe y se tiene que cuidar. Si no, se irá yendo al traste poco a poco. Hasta que un día, sólo queden las redes sociales y un educado saludo cuando os encontréis por la calle. Triste pero cierto.
Hace nada, por fin hablé con una persona que fue importante para mi pero que eché de mi vida. De hecho, aún lo es. Por un error mío, le hice daño. Muchísimo. Pero hemos podido hablar de ello, por fin. Y ruego a Dios o a quien me escuche o lea, que podamos resolver esto.
Cuidad bien de las amistades que tengáis en estos momentos, si de verdad queréis conservarlas. Pero que sea recíproco. Si no, esa persona no os merece.
Hasta más ver.