lunes, 30 de octubre de 2017

Yo y Yo

+ ¡Eres gilipollas!

- ¿Disculpa?

+ Pues eso, ya me has escuchado. Encima sordo...

- Bien, sí. Te he oído, pero ni siquiera sé quién eres como para que vengas aquí a insultarme.

+ No sabía que tenía que presentarme. Soy Yo.

- Pero si yo soy Yo. No puedes ser Yo.

+ Bueno, pues llámame tu otro Yo.

- Bien, "mi otro Yo", ¿qué puñetas quieres? ¿Qué haces aquí? ¿Y por qué me insultas?

+ ¿Aquí dices? Pues para decirte tres o cuatro cosas a la cara, por ejemplo. Y una de ella era gilipollas. Te he insultado. ¿Lo has sentido? Vaya... Pensaba que ya no sentías nada.

- No entiendo a qué viene eso último. Claro que siento las cosas. El dolor, el amor, la decepción...

+ ¿Y esa pausa?

- ¿Qué pausa?

+ Coño, la que has hecho. Justo después de decepción. Sientes eso, ¿verdad?

- Pues... Sí, la verdad. Pero lo llevo bien. Estoy acostumbrado.

+ Ves como eres gilipollas... ¿CÓMO TE VAS A ACOSTUMBRAR? La decepción no es algo a lo que uno deba acostumbrarse. ¿Qué clase de vida es esa?

- ¡Pues la que llevo! Es así de simple. Veo algo en las personas, pienso que no me equivocaré con ellas. Pero me acaban decepcionando. Algunas más que otras. Y más a menudo...

+ Y te parece bien, ¿no?

- No, claro que no.

+ ¿Entonces por qué lo permites?

- No lo permito. Simplemente no quiero echar a esas personas de mi vida.

+ ¿Quién ha dicho nada de echar a nadie?

- Pensé que te referías a eso con lo de permitir y demás.

+ Pones palabras en mi boca que no he dicho. Pero, pensándolo mejor... Es curioso que tú hayas mencionado lo de echar a esas personas de tu vida. ¿Te lo has planteado?

- Por supuesto. Pero no quiero hacerlo. La gente cambia. Hay gente que simplemente me decepciona porque espero cosas de ellas que no suceden. Pero no es culpa de esas personas.

+ ¿Me intentas convencer a mí o a ti?

- ¿Qué?

+ ¿Eh?

- Dejalo anda. Es tarde y tengo que irme.

+ ¿Quieres que volvamos a hablar?

- Sí, por qué no. Así descubro quién eres realmente.

+ De momento, llamame tu otro Yo.

- De acuerdo. Pues hasta luego mi otro Yo.

+ Hasta luego supuesto Tú.