jueves, 27 de octubre de 2016

De todo

¿Os acordáis de la entrada rara anterior? Se podría considerar ésto su segunda parte. Allá vamos.

A lo largo de mi vida, me han llamado de todo. Pero de todo, vamos. ¿Dolía? Obviamente. Pero, con el tiempo, aprendí que las palabras no significan nada. Son sólo palabras, y éstas se las lleva el viento.

Lo importante no son las palabras en sí, sino quién te las dice. Y con qué intención, claro. "Qué cabrón eres", podría molestar a cualquier. Pero, dependiendo de quién venga, se podría traducir incluso en un "Te quiero". Es curioso, es raro. Pero es así.

Ésto también tiene sus partes malas, como todo. Cuando personas a las que quieres, aunque no sean de tu familia, te dicen palabras (aunque sean tonterías), que duelen. Que sientan mal. Que sobran en exceso. Sobretodo después de haberte machacado en diferentes ocasiones. Tengan motivos o no. Eso ahora no viene al caso.

Son sólo palabras, y nosotros decidimos darles importancia o no. Elegimos que nos duela algo o no. Dejamos que algo nos afecta o no. Pero a veces no se puede evitar que nos haga daño, por mínimo que sea. Pero todo pasa. Se perdona, pero no se olvida. O se olvida también, eso ya depende de cada uno. O ni lo uno ni lo otro, que también puede pasar.

Creo que sólo me estoy entendiendo yo. O quizás alguien también me entienda. A saber...

No me voy a explayar más. Curiosamente ésta no era la entrada que quería escribir como segunda parte, pero así ha surgido. Ya vendrá una tercera, no os preocupéis.

Hasta más ver.

domingo, 23 de octubre de 2016

Entrada rara. Primera parte

Ésta entrada no sé ni con qué objetivo lo hago, pero allá va. Supongo que necesito escribir, simplemente.

Aviso a navegantes: posiblemente saltaré de un tema a otro. Lo digo por si os perdéis o pensáis que se me ha ido la olla. Más de lo normal.

He vuelto a matricularme en bachillerato para adultos. Si, otra vez. Creo que ya son... ¿4 veces? No lo sé, y tampoco me apetece pararme a pensarlo. Dejémoslo en que van unas cuantas. La diferencia es que ésta es a distancia. ¿Motivo? Porque desde el 6 de junio de éste año (6 del mes 6 del año 2016. Qué de seis, ¿no?) estoy trabajando y asistir a clase no me es posible. Sólo tengo que asistir a los exámenes, que por suerte caen en sábado. Supongo que lo hacen queriendo por las circunstancias de las personas que se apuntan al de distancia. O yo que sé. El caso es que tengo que montarmelo bien, prácticamente por mi falta de tiempo o de ánimos. Por así decirlo.

Me levanto de lunes a viernes a las 07:00 para entrar a trabajar a las 08:00. Luego, salgo a las 19:00 y entre que llego a casa y demás, son ya y media. Después, me tengo que duchar. Y dependiendo del día, me toca bañar también al peque. Además de darle de cena y dormirlo. Supongamos que todo eso lo termino sobre las 22:15, más o menos. Eso me deja una hora y pico para poder hacer algo, ya que me intento acostar "temprano" para poder estar descansado para al día siguiente. En esa hora y pico, tengo que ponerme en el portátil, buscar las actividades que tenga, e intentar hacer lo que pueda.

Tengo 5 asignaturas (tengo que averiguar qué leches ha pasado con filosofía). Y tengo que entregar todas las actividades antes del 27 de noviembre, menos de historia que tengo el curso entero para entregarlas. Bien, añadirle también que sólo llevo matriculado una semana o así porque he tenido que esperar a la matriculación extraordinaria por problemas con el papeleo. Una historia muy larga que no me apetece escribir. Osease, que tengo menos tiempo.

Ah, y los exámenes son el 3 de diciembre. Y pensaréis "coño, pues usa los fines de semana". Ya, eso también lo he pensado yo. No te jode... Obviamente los usaré. ¿Problema? Sólo en mi cuarto, me distraigo. Si estoy con más gente, que también están haciendo cosas de clase o bien estudiando, me motivo y sigo. Ya me han dicho de irme a la biblio y demás, pero entre una cosa y otra no he podido. Y me doy coraje, porque tengo que sacar tiempo aunque sea de debajo de las piedras.

Considero a ésto como mi última oportunidad en temas de estudios. He estado dando demasiados bandazos absurdos. Perdiendo el tiempo innecesariamente, mientras otros lo aprovechaban. Y ya decidí que se acabó. Así que bueno, tengo que compaginar trabajo con estudio. O estudio con trabajo. Como lo prefirais. Tiendo a agobiarme con facilidad, pero debo tranquilizarme. Tengo que hacerlo. Porque sólo así podré cumplir mis objetivos. Tendré que hacer muchos esfuerzos y/o sacrificios para conseguirlo. Pero merecerá la pena. Lo sé.

Y bueno... En realidad podría hablar también de otro tema que me ronda muchas veces por la cabeza. Pero ya que he escrito éste tocho hablando de mis estudios, pues creo que mejor lo dejaré para la siguiente entrada. Que probablemente la escriba mañana. O dentro de un rato, quien sabe. No, mentira, dentro de un rato no porque me voy a dormir ya. Lo haré mañana.

Así que... Podría llamar a ésta entrada... Algo, primera parte. Y ya la siguiente entrada pues será a segunda. Más que nada porque posiblemente estén relacionadas. Me lio yo sólo. Menos mal que me entiendo, o eso creo.

En fin, que buenas noches y esas cosas que se suelen decir.

Hasta más ver.

viernes, 14 de octubre de 2016

Proyectos

La gente continuamente crea proyectos. Ya sean de trabajo o de vida. Pero los crean.

¿Dónde están mis modales? Ni un "hola", ni un "buenas"... Nada. ¡HOLA! ¿Me recordáis? Soy ese tío, un poco tonto, que le da de vez en cuando la vena de escribir alguna entrada en su blog. ¿Qué tal? Genial, ¿no? Ea, pues ya he quedado bien.

Esto... ¿Por dónde iba? ¡Ah, si! ¡Proyectos! ¡La gente crea proyectos!

Y yo, no iba a ser menos. Tengo varios proyectos en mente que hasta ahora los veía difíciles de llevar a cabo, que no imposibles. Concretamente uno. Pero, la vida de vez en cuando quiere echarte una mano. Cuando no lo hace al cuello.
Es un proyecto a largo plazo, no puedo ponerle fecha de inicio ya que ni yo mismo sé cuando será plausible. Pero de una cosa estoy seguro: no será en un futuro lejano.

Me lo tengo que montar muy bien para que se pueda realizar, eso sí. Pero bueno, tengo fe en que podré hacerlo. Y viajes. Muchos viajes. Eso sí que tengo que montarmelo bien para poder hacerlo. Aunque sean fines de semana sueltos. Simplemente viajar, conocer sitios nuevos, conocer gente nueva...

No sé... Realmente tengo mucha ilusión por éste nuevo año que entra. Aunque sea impar, que ya ves tú lo que eso me importa... El caso, que quiero hacer de 2017 un gran año. 2016 no ha estado nada mal, la verdad. Pero siempre tenemos que ser más ambiciosos en éste aspecto. No conformarnos con lo que tenemos. Sino hacer del día a día, una experiencia nueva. Una nueva aventura. Algo nuevo, simplemente. Vivir. Suena sencillo, ¿eh? Pues ya sabéis.

Hay que querer vivir. Hay que descubrir cosas nuevas todos los días. Querer ser feliz. Y si ya lo eres, pues entonces comparte esa felicidad con los que te rodean. Yo lo hago, aunque como toda persona también tengo mis días malos. Pero no por ello dejo de ser feliz.

Se acercan buenos tiempos. Y estoy preparado para ello.

Hasta más ver