lunes, 7 de septiembre de 2020

Momento de claridad

Todos pensamos que somos los protagonistas de nuestras vidas. Y, como en las pelis, nunca nos pasará nada. Hasta el día en el que pasa algo que nos descoloca. Que nos hace preguntarnos: "¿Por qué me pasa esto?"

Éste 2020 está siendo un año de mierda para muchísima gente. No es solo la pandemia. Es que realmente están pasando demasiadas cosas. Muertes que jamás pensabamos que fuesen a ocurrir tan pronto y de esa manera. Un puñetero mosquito que transmite una enfermedad hasta ahora incurable... Parece que no nos quiere dejar levantar cabeza este 2020. Todos miramos el 2021 con esperanza de un año mejor. O con miedo, por si viene algo peor.

Se ha llegado a especular con que esto del virus es una manera de controlar a la población. Su cantidad, mejor dicho. Y, sinceramente, pienso que ahí a la gente se le ha ido la olla. Vale que me gusten las conspiraciones, pero esto ya se sale de madre. Incluso vuelven a la teoría de matrix. Que todo esto, nuestra vida, es una simulación. Por lo que el virus es simplemente un aditivo a este "juego" o "videojuego".

No mentiré si yo también he llegado s pensar que todo esto es raro o que hay algo más detrás. Pero claro, las pelis han hecho mucho daño en ése aspecto. Sobretodo la propia Matrix. Después de esa película, la gente empezó con las teorías o conspiranoias como digo yo (conspiración + paranoia).

Volviendo a lo que planteaba al principio, también he pasado por algo que no pensé que me pudiera pasar. Mi padre murió el 8 de octubre de 2018. En ése momento, yo tenía 26 años. Quién coño me iba a decir a mí que iba a pasar por algo así a esa edad. Y sin embargo ocurrió. 

Añadimos otro dato. Hará unas dos semanas, me enteré que una antigua compañera de clase, murió. Una chica con la que compartí clases durante 13 años. Tenía mi edad. Mentiría si digo que me dolió su muerte. Me explico. No sabía nada de ella desde 2008 prácticamente. Repetí curso y le perdí la pista. Tampoco es que hablásemos mucho en clase, pero recuerdo que era una de las pocas personas que me trataban bien en clase. Obviamente la mayoría lo hacía, pero era diferente el tema. Entonces no le cogí especial cariño. Hay gente en esa clase que, pese a no vernos y no saber de nuestras vidas, si guardo un hueco en mí.

Lo que más me chocó fue también su edad. 28 años. Toda una vida por delante y a tomar por culo todo. Es... No paro de pensar en ello. En cómo debió ser. En cómo tiene que estar su familia... Y, obviamente, me entró la paranoia. Si, una vez más. La paranoia del miedo a la muerte. Miedo a morir. A que todo se apague. A que ésta luz decida fundirse. Y ocurre así, sin esperarlo. Ella también se veía como la protagonista de su vida. Y también se debió preguntar: ¿Por qué me pasa esto? Jamás pensó que le pudiera pasar algo así, y ya veis.

No se puede vivir con miedo. Pero pasan cosas que le hacen a uno pensar. Y si todo esto es una puta simulación, que se lean mejor las instrucciones. Que hay muchos fallos. Alguien tan joven no debería morir. Debería conseguir todo lo que soñaba. O al menos luchar por conseguirlo. Con todo esto solo se consigue dejar a una familia destrozada y preguntándose "¿Por qué?". 

Hasta los cojones estoy de todo. Muertes innecesarias. Coronavirus. Virus del Nilo. ¿Tan difícil es vivir en paz? Es que parece que no levantamos cabeza. Está siendo un año demasiado largo. O al menos se nos está haciendo largo y cuesta arriba. 

Es una mierda. Realmente empecé ésta entrada con otras intenciones. Y más después de tantísimo tiempo sin escribir. Pero no se puede controlar lo que se escribe, supongo.

Hasta más ver.