lunes, 27 de noviembre de 2017

Tiempo al tiempo

* Hola, qué de tiempo. ¿No?

- Sí, bastante.

* Iremos directos al grano esta vez, si te parece adecuado.

- Total, es mejor supongo.

* Te preocupa demasiado lo que pueda pasar. Ya te han dicho que no será para tanto. Es más el miedo a la expectativa que a la realidad. No debes temer nada. Todo irá bien.

- ¿Y si no es así? ¿Y si se lia? No sé cómo va a ir la cosa. Quizás vaya bien los primeros días. Pero luego...

* ¿Luego qué?

- Que quizás no vayan tan bien. A saber qué consecuencias tiene todo.

* Se acerca la situación y es cuando mas canguelo te entra. Bien que estabas muy decidido hace unas... Dos semanas.

- Ya, pero acuérdate de cómo me encontraba esos días. Decisiones así me eran más fáciles de tomar. Sabía las posibles consecuencias, si. Pero estaba decidido.

* Entonces, ¿qué ha cambiado ahora?

- Lo sabes bien. Pero a medida que pasan ciertas cosas... Me hacen afianzarme más en mi idea.

* No te dejes guiar por la rabia u otros sentimientos parecidos. Hacen tomar malas decisiones. Si vas a hacer esto, que sea porque estás seguro de que es lo mejor. Pase lo que pase.

- El problema es que pase algo malo...

* Joder, ¡¿y qué?! No puedes seguir así. Te come todo por dentro. Incluso ahora mismo tienes eso grabado en la mente. Y van demasiadas veces en tan poco tiempo. Te duele. Y parece que no importa eso. Pero a quien debería importarle es a ti. Y punto.

- Pues si... Parece que no importa. Pero, ¡ah, amigo! Llega a ser al revés, y arde Troya. Eso lo tengo clarisimo.

* Coño, por fin.

- ¿Por fin qué?

* Por fin te has atrevido a decirlo sin usar a alguno de tus yoes. Está bien hablar a través de nosotros. Pero algún día deberás enfrentarte tú sólo a tus palabras.

- Cuando llegue ese día, te quedarás sin trabajo. Tú y el otro. Que, hablando del otro. Hace tiempo que no sé nada de él.

* ¿Y te preocupa eso?

- Me inquieta, simplemente.

* No seas tonto anda. Me tienes a mi. No necesitas al otro.

- Sobre todo si sigues hablando como él. Es desconcertante, te lo dije.

* Créeme. Lo último que quiero es parecerme a ése.

- Algún día me contarás esa rivalidad palpable que hay.

* Si. Algún día. Cuando seas mayor.

- Y otro chistecito... Me sigues sorprendiendo.

* Soy una caja de sorpresas. Ahora en serio. Has tenido un día genial, pese a su mal inicio. Quédate con ese buen sabor de boca. No dejes que una tontería, aunque pueda doler, te lo estropee. Y ahora vete a dormir anda. Que necesitas descansar. Y hasta mañana no verás lo que quieres leer.

- Ten cuidado con lo que dices anda. Que nunca se sabe. Buenas noches anda.

* Buenas noches, chaval.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Llámame Rabia

# Te jode, ¿eh?

- ¿Otro más? ¿Cuántos vais a aparecer? Tiene que ser coña vamos...

# ¿Te crees que soy uno de tus estúpidos yoes? No puedes ser más gilipollas.

- Entonces dime quién coño eres.

# Puedes llamarme Rabia. Y no, no te voy a dejar hablar ni hacer preguntas estúpidas y absurdas. Simplemente voy a decirte unas cuantas cosas. No eres más imbécil porque no te entrenas. ¿Qué te esperabas? ¿Algún cambio? No me puedo creer que de verdad esperases eso... No, no hay cambios. Hay máscaras. Te maquillan un tema, o lo suavizan con palabras para cuando menos te lo esperes... ¡BAM! Y te llenas de mierda hasta las cejas. Dos palabras y todo guay, ¿verdad? ¡Y una mierda! Es que eres gilipollas. Ibas bien, estabas aguantando. Pero hoy ya la cosa iba mal. Y ahora te la han rematado. Aunque esto último no te lo esperabas, ¿eh? O sí... Pero te daba igual. La cosa es que ahora estoy aquí. Me has invocado, básicamente. Para expresar lo que no eres capaz de decir o no quieres. Mejor dicho. Porque esa es otra. Eres un cobarde. Sabes qué pasos tienes que dar, pero no te atreves. Piensas que perderás mas de lo que ganarás. ¡Pues nada! Sigue así. Sigue destrozandote mentalmente como lo estás haciendo. Que tendré que venir más veces para aliviar esa mierda que te rodea. Hala, me voy. Ahí te quedas, soplapollas.

- Joder... Adiós...

lunes, 13 de noviembre de 2017

Punto de inflexión

* Vaya... Sí que te ha afectado.

- Hola también a ti, ¿eh?

* Si, perdona. Es que me he fijado en que realmente te ha afectado y me he olvidado de saludar. Explícame qué ha pasado.

- Lo sabes de sobra... Pensé que lo tenía controlado, pero se ve que 100% no...

* ¿Y eso te preocupa? Estabas firme, y de repente te tambaleas. Explícame el por qué.

- No es sencillo, ¿vale?

* ¿No lo es o no lo quieres hacer sencillo?

- Supongo que ambas... Es feliz, no debería dolerme o afectarme de ninguna manera.

* Entonces, ¿por qué lo hace? ¿Por qué te afecta?

- No lo sé... Pero no me gusta. Es como si a un castillo de naipes le quitas una carta clave. No lo derrumbas, pero haces que se tambalee lo suficiente como para peligrar su estabilidad. Así me siento.

* Ya veo... Tienes que reponerte, eres fuerte. Siempre lo has sido, no desfallezcas ahora.

- Dices que he cambiado.¿Y si he cambiado para mal? ¿Y si el cambio que he sufrido me ha restado fuerza?

* No creo que eso sea así.

- Yo ya no lo sé... Solo sé que me voy a dormir ya. Y no lo haré bien. Esta conversación no me ha gustado. Normalmente acabamos bien o me siento diferente. No así, desde luego.

* No siempre se puede estar bien, pero mañana será un nuevo día. Y te sentirás mejor.

- Otra vez vuelves a hablar como el otro, es desconcertante.

* Ya, bueno. No lo hago queriendo. Supongo que aunque no me guste, nos parecemos.

- ¿Por qué dices que aunque no te guste?

* Olvida eso. Vete a dormir y descansa. Que es lo que tienes que hacer. ¡Mira qué hora es!

- Dios... Es cierto... Algún día me iré a dormir temprano.

* No será hoy, me temo.

- No, no será hoy.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Lo sabes todo

* Hola, ¿qué tal?

- Hola.

* Vaya, parece que no estás de humor hoy.

- No, no lo estoy. Precisamente hoy es el día que menos me tienen que tocar los huevos, y más me los tocan.

* Pues sí que estás de mal humor... ¿Tanto te ha afectado el echar a tu otro Yo?

- ¿Cómo sabes tú eso?

* Te recuerdo que te dije que era tu otro Tú, por lo que lo sé.

- Bueno... No es que me haya afectado mucho. No me ha sentado bien, pero no es lo que me afecta más ahora. Probablemente hoy también me habría tocado las narices y lo habría mandado a la mierda.

* Entonces, quieres decir que es bueno que ahora no esté. ¿No?

- Hombre... No sé si es bueno. Volverá seguramente.

* ¿Estás seguro de eso?

- Ehm... Sí, ¿no? A ver, no se ha ido para siempre. Creo.

* Tú le echaste. Al igual que a otras personas. Y algunas no han vuelto. Pero, eso te ha venido bien. Seguramente, que no esté tu otro Yo, también te venga bien. Si ha pasado, por algo es. Y eso es bueno. Mira el lado positivo.

- En primer lugar, él no es una persona. Es un algo, por decirlo de alguna manera. Y en segundo lugar... No sé si sería bueno para mi que no volviera.

* Te restaba más que lo que te aportaba. ¿No?

- Bueno, eso no es del todo cierto...

* Eso fue lo que le dijiste.

- ¿Cómo sabes tú...? Ah, cierto. Lo sabes todo, es normal.

* Correcto.

- Bueno, aun así en el momento en que lo dije estaba cabreado. Y no lo arregló, precisamente.

* Por consiguiente, me das la razón con respecto a que es mejor que no esté. Al menos por el momento.

- ¿Cómo por el momento?

* Vuelves a sufrir cambios. Estás últimamente haciendo cosas que antes no te atreverías a hacer. Quizás te de ciertos remordimientos. Pero no por ello, las vas a dejar de hacer. Al principio te sentirás mal, pero ya verás como todo irá bien.

- No sé yo... Es cierto que debo cambiar ciertas cosas, y que me estoy lanzando en otras... Supongo que sí, que al principio lo veré como un error. Y además está lo otro...

* Sé de lo que estás hablando. No te preocupes. Entiendo tus dudas, pero debes dejarte llevar. Quizás no es todo como lo piensas que es. Date tiempo, paciencia. Y verás cómo todo va sobre ruedas.

- Ten cuidado, casi suenas como mi otro Yo.

* Me he dado cuenta. Pero es normal. Todos procedemos del mismo lugar. Tú mejor que nadie, deberías saberlo.

- Debo darte la razón de nuevo.

* Puedo acostumbrarme a ello. Jajaja

- Anda, hasta un poco chistoso eres. Eso no me lo esperaba.

* Tengo más ases bajo la manga. Quédate conmigo y los verás. Serás un nuevo Tú. Uno renovado y mejorado.

- Eso espero... Bueno, he de irme. Hablaremos en otra ocasión.

* No te quepa la menor duda.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Continuamos para bingo

+ Bueno, pues ya he vuelto.

- Si que ha sido largo el café.

+ Ya, bueno. Pensé también que debía hablar contigo según cómo te encontrases. He sentido algo raro y he vuelto.

- ¿Algo raro?

+ Sí, no sé. Llámalo intuición. ¿Ha ocurrido algo raro o inusual?

- Hombre, así a bote pronto...

+ Iluminame.

- Si con raro te refieres a la aparición de un tercer Yo, sí.

+ Espera, ¿qué? ¿Un tercero? Pues estás peor de lo que pensaba.

- Gracias, simpático.

+ Un placer. ¿Qué te ha dicho?

- Me ha ayudado con otros temas que tengo en la cabeza.

+ Pues la lista es larga...

- ¿Disculpa?

+ No te hagas el loco, sabes que llevo razón.

- Sí, claro. Tengo un almacén mental repleto de problemas. No te jode...

- Ya. Y, ¿qué me dices de esa doble vida mental que llevas? Por ejemplo.

- Ese tema no... No estoy preparado para afrontarlo aún.

+ Ah, bien. Pues nada, cuando te explote en plena jeta, ya te arrepentirás.

- Te crees que es fácil, ¿no? No soy feliz así. Estoy todo el tiempo malhumorado, irritable.. Y seguramente el causante sea el no saber cómo llevarlo. Siento que... En algún momento, seré yo el que explote.

+ Deberías ponerle solución de alguna manera, ¿no crees? A esto me refiero con que no eres Tú.

- No lo entiendo.

+ Vamos a ver: no te verías metido en estos marrones de no ser porque has cambiado. Y para mal. No eres tú, ya no. Eres una mala copia de ti.

- No he cambiado tanto, joder. He cambiado, sí. Pero no es malo, ¿no? Los cambios son buenos. He hecho cambios que me han venido bien. Incluyendo quitarme a gente de en medio. No me venían bien. Al menos es lo que opina el otro Yo.

+ Perdona, ¿qué? Tienes que estar de coña.

- No, y él tiene razón. Y ya que saco el tema, quizás tenga razón en más cosas.

+ No puede ser... ¿De verdad vas a hacerle caso? ¿Piensas que tiene razón? ¿Pero qué coño pasa contigo?

- ¡No pasa nada! Se ha ofrecido a ayudarme. Es más directo. En cambio tú, solo hablas con evasivas y diciendo tonterías. No aportas nada.

+ Intento hacerte ver que has cambiado y cómo lo has hecho. Vas a acabar mal, y no lo estás evitando. Y haciendole caso al otro idiota, vas a estrellarte antes.

- Se acabó, vete de aquí. No quiero hablar contigo más.

+ ¿Que me vaya? ¿Te estás escuchando?

- Sí, y he dicho que te marches. No me aportas nada.

+ Piensa bien tus palabras. Porque quizás renuncies a una parte muy importante de ti. Piénsalo. Recapacita, por favor.

- Que te vayas. Largo de aquí. ¡Fuera!

+ No te preocupes, ya me voy. Que te vaya bien. Sigue echando a personas de tu vida.

- No eres una persona. Alegas ser mi otro Yo. Por lo que eres una cosa. Y como verdadero Yo, te digo que te vayas.

+ Está bien... Tú mismo. Adiós.

- Adiós.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Cuantos más, peor.

* Hola, ¿qué tal estás?

- Ehm... ¿Quién eres? ¿Dónde está el otro?

* ¿Qué otro?

- Mi otro Yo.

* Ah, él. Pues no lo sé. Yo estoy aquí. Tú, también. Eso es lo que debe importar, ¿no crees?

- Esto es cada vez más confuso...

* No entiendo la confusión.

- Es simple: aparece el otro, me dice que es mi otro Yo. Me llama "supuesto Tú" . Y ahora sales tú. Y no sé de dónde sales. De ahí mi confusión.

* Ouh, claro... No te preocupes, soy tu otro Tú.

- Ahora tengo varios yoes... Esto es increíble. Me estaré volviendo loco.

* Quizás estemos aqui para algo. Yo al menos quiero ayudarte.

- Bueno, empezamos entonces con buen pie. ¿Por qué estás aquí?

* Porque te noto preocupado. Piensas que has cambiado de un tiempo para atrás. Que no eres tú. Y te preocupa eso. Ése cambio. Por eso estoy aquí.

- Eres más directo que mi otro Yo, me gusta. Sí, veo que he cambiado. Dicen que los cambios son buenos, que mejoran a las personas. Aunque también dicen que las personas cambian porque han sufrido mucho o lo suficiente. Y por eso no sé si es bueno mi cambio.

* Eso son tonterías... Claro que es bueno el cambio. ¡Eres más tú que nunca! Te has quitado de en medio a mucha gente. Y si lo hiciste por algo será. Eres más feliz ahora.

- Eso no es del todo cierto... Me he quitado a gente de en medio, si. Pero las echo de menos. Aunque ahora no quieran verme o les moleste mi presencia... Eso no me hace feliz.

* ¡Olvídate de eso! Céntrate. Avanza. Te has quitado de en medio a esa gente por una razón. Eran lastre en tu vida. Peso. Te restaban fuerza. Ahora eres más libre.

- Ehm... No... No eran lastre, eran mis amigos.

* Amigos que ahora no quieren saber nada de ti, ¿cierto?

- Pero porque les eché de mala manera y luego las circunstancias que han ido viniendo no han ayudado.

* ¿Quieren o no saber de ti?

- No, supongo...

* ¡Pues ya está! ¿Ves? Tengo razón. Alégrate por ello, anda. Si no quieren saber de ti, no te merecen. No merecen que te preocupes por ellos. Ellos no lo hacen por ti. Olvídalos y te será más fácil.

- Hombre, visto así...

* Tengo que irme.

- ¿Qué? Pero, ¿así sin más?

* Sí. No te preocupes, volveré. Ahora me voy. Tengo prisa.

- Pues, adiós.

* Adiós.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Puede ser

+ Hola.

- Vaya, qué raro.

+ ¿El qué?

- Pensaba que vendrías de nuevo insultandome o algo parecido.

+ No, de momento no. A menos que sea necesario para que me escuches.

- No creo que haga falta. Te voy a escuchar. Primero, porque vas a responder a mis preguntas.

+ Y segundo, ¿tengo que responderlas? ¡Ojo! No sabía que eras un detective... Dígame, señor agente. ¿En qué puedo ayudarle?

- Ja... Muy gracioso... En fin. ¿Vas a responder a mis preguntas?

+ Depende de la pregunta, si.

- ¿Quién eres?

+ Al final tendré que insultarte... Te dije ya quien era. Yo. Y creo que no quieres volver a ése diálogo de besugos.

- No, no. Pero es que no tiene sentido esa respuesta.

+ Quizás seas tú quien no se lo ve. Tienes la certeza que el verdadero Tú, eres tú. Pero puede que te equivoques.

- Vamos a ver. No me líes. Yo soy Yo. Tú eres el que dice que tú eres Yo. Por lo que no puede ser. Si yo soy Yo, no entiendo quién eres tú.

+ .....

- ¿Hola?

+ Si, perdona. Me he dormido en el segundo Yo.

- Así no vamos a llegar a ninguna parte. Eres consciente, ¿verdad?

+ Soy consciente de que para seguir con la conversación, necesitaré café. Voy a por uno y seguimos hablando, supuesto Tú.

- ¿Pero por qué me dices eso?

+ Ya lo entenderás.