A lo largo de nuestras vidas, nos enfrentamos a situaciones en las que nos vemos obligados a tomar decisiones. El problema de esto es, que no todas son buenas. Y yo me he vuelto un experto en tomar decisiones.
Hace casi dos años, tome decisiones malisimas. Eché de mi vida a muchas personas sin ninguna merecerlo. A una persona, la eché porque... Bueno, le eché la culpa de algo sin tener esa persona culpa real. Simplemente mi mente funcionó como el culo, como suele pasar. Hubo una situación de la que la hice responsable indirecta, y entonces pues le eché la culpa. A día de hoy, no pasa ni un sólo día en que no la eche de menos en el no me arrepienta de esa decisión.
Después de esa persona, eché a un grupo completo, básicamente. Quise alejarme de ese grupo por temas personales. No tenía nada en contra de nadie (de una persona si, pero eran celos), y sin embargo los mandé a paseo. Sin explicaciones. Bam. Así de simple.
Cuando empecé a tantear la situación con gente de ese grupo, me dijeron que no lo hiciera. Me dieron incluso una solución, pero no la vi buena. Y actúe por impulso, y la cagué. Bastante.
Actúo muchas veces por impulso, y no me entra en la cabeza que todo acto tiene consecuencias.
Tanto a la primera persona que eché como a otra persona del grupo, las echo de menos todos los días. Las quise muchísimo, y ellas a mí. Ahora, prácticamente ni me pueden ver. Y todo por mis malas decisiones. Algunas personas las he recuperado, y no fue fácil. Otras sin embargo, tengo que vivir con que nunca volverán. O si lo hacen, nada será como antes.
No pienso volver a dejar que nada de esto vuelva a pasar. No pienso echar a nadie más así de mi vida. Gente a la que quiero, gente que me quiere. Gente que me importan, gente a la que le importo. Nunca más, nunca.
Si leéis esto, espero que algún día podáis perdonarme. Os echo de menos, muchísimo.
Hasta más ver.