domingo, 23 de septiembre de 2018

Viejos recuerdos

Es curioso...

A lo largo de nuestra vida, conocemos a muchas personas. Personas que significan mucho para nosotros y otras que, simplemente, nos acompañan durante una parte de nuestra historia. Pero quedan ahí, en el recuerdo. Muchas de esas personas, acaban convirtiendose en nuestras mejores amistades. Mejor amigo o amiga. Yo, por supuesto, he sido de esas personas.

En la época del colegio tuve, hasta los 14 años, a un compañero de clase que fue mi mejor amigo durante todos esos años. Repetí un curso y nos fuimos distanciando. Quitando eso, durante esos años teníamos nuestro grupito de amigos en clase. Con los que me llevaba mejor, básicamente. Nunca destaqué entre los "populares", pero bueno. Eran mis amigos. Compartiamos risas, nuestros problemas... Era perfecto. Pero nada dura eternamente.

Como he dicho antes, repetí curso. En el nuevo curso, conocí a otras personas. Eran más afines a mis gustos e incluso a mi forma de ser. Las bromas eran las mismas. Me gustaban, y yo a ellos. Esto, hizo que me distanciara aún más del otro grupo. Hasta ya casi ni hablar. Una vez acabada la ESO, no volví a ver a ninguno. De ningún grupo. Se intentó reunir al segundo grupo de amigos hará unos años, pero no funcionó. Salimos un par de veces a cenar y tomar algo, incluso fuimos a la playa. Pero ahí quedó la cosa. Nos vemos en redes sociales y poco más.

Los amigos vienen y van. Hay algunas amistades que duran años. Otras, simplemente, se van deteriorando si no se cuidan. Es una pena... Echo la vista a atrás y puedo ver aún esos momentos vividos como si fuera ayer. Amigos del primer grupo, si acaso los veo por la calle. En redes sociales nos seguimos y esas cosas, pero no es una amistad. Al menos no una verdadera. Duele ver cómo algunos de ellos siguen saliendo juntos por ahí. Supongo que es envidia. Ver que realmente nunca terminé de encajar en sus vidas. O que nuestra amistad no significó lo mismo para ellos como lo significó para mi. Es triste, simplemente. Te hace pensar, "¿Cómo hemos llegado a esto?". La respuesta la he dicho antes. Una amistad, si de verdad la quieres conservar, hay que cuidarla. Se debe y se tiene que cuidar. Si no, se irá yendo al traste poco a poco. Hasta que un día, sólo queden las redes sociales y un educado saludo cuando os encontréis por la calle. Triste pero cierto.

Hace nada, por fin hablé con una persona que fue importante para mi pero que eché de mi vida. De hecho, aún lo es. Por un error mío, le hice daño. Muchísimo. Pero hemos podido hablar de ello, por fin. Y ruego a Dios o a quien me escuche o lea, que podamos resolver esto.

Cuidad bien de las amistades que tengáis en estos momentos, si de verdad queréis conservarlas. Pero que sea recíproco. Si no, esa persona no os merece.

Hasta más ver.