- Pues... Que no sé quién es quién.
+ ¿Cómo? Explicate.
- Pues eso. Tengo que asimilar muchísimo. Entre la conversación del otro día y la sesión de hoy... Es demasiado que asimilar.
+ ¿Tienes miedo de que yo sea tu verdadero yo y que tú seas el alter?
- Sí. O que salgas otra vez y me quede yo en automático.
+ Te han dicho que salgo en situaciones de necesidad. Cuando no puedes lidiar con algo porque es demasiado para afrontar en ése momento.
- Esa es la cosa. Comprendo el motivo. Pero no la causa. Me proteges. Pero, ¿a qué precio? No quiero hacer daño a la gente. No quiero que, si sales, luego no recuerde los hechos. Me da... Miedo.
+ Las pelis han hecho mucho daño, ¿eh? No es como te dicen las pelis. Además de que te han pedido que no busques nada en Internet. Porque sería peor y casi era más una súplica que un consejo.
- ¿Cómo sé que no volverás a salir para protegerme de esa manera?
+ No te puedo prometer que no pasará. Pero para algo está ella. Para ayudarte a lidiar con todo esto. Y, básicamente, para que no pongas el automático. Que siempre conduzcas tú. Te das cuenta de que cualquiera que nos lea, va a pensarse cosas raras, ¿verdad?
- Lo sé. Pero creo que ya las pienso yo por todas las personas que me lean. En fin, es muy tarde y debería dormir.
+ Quieres dejar de darle vueltas a la cabeza, ¿no?
- Pues sí, también. Pero también tengo sueño y necesito descansar. Así que... Creo que la conversación se acaba. Por hoy al menos.
+ Pues en ése caso, duerme. Descansa. E intenta no darle vueltas a la cabeza. Aunque sé que te vas a pasar el consejo por el arco del triunfo.
- Básicamente. En fin, buenas noches.
+ Buenas noches, Dani.
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