lunes, 2 de enero de 2023

Año nuevo, misma actitud. ¿No?

El otro día en la radio, me preguntaron acerca de mis propósitos para éste nuevo año. Mi respuesta fue que no tenía ninguno. Que, de hecho, el propósito que tenía era no tener propósitos. Y creo que mentí. Porque, sin quererlo, estoy haciendo uno: pasar de aquellas personas que pasan de mi. Suelo ir siempre detrás de las personas. Ya sea para no perder contacto, para no perder la amistad, para darles un toque de atención en plan "¡Ey, no te vayas de mi vida!".

Pero creo que ya me he cansado. Siempre tiro yo del carro. Siempre me acuerdo yo de felicitarles el año, de desearles felices fiestas, de mandarles un video en Instagram que me haya recordado a esas personas o bien que pienso que les puede gustar... Pues ya no. Al carajo. Estoy harto. Debo tener el pensamiento de que, si no me hablan, si no se acuerdan de mí, yo tampoco debo hacerlo en la otra dirección. No puedo obligar a esas personas a seguir en mi vida. Si no me quieren en la suya, pues que les den por culo y un abrazo.

La vida te junta con personas que solo están de paso. Aparecen en momentos concretos de tu vida y se van cuando ya han cumplido. Amistades con fecha de caducidad oculta. Sí, se le puede decir así. Seguramente incumpla mi nuevo propósito más de una vez. Pero, al menos, prometo mantenerlo todo lo que pueda. Aunque a veces ceda. 

En fin, que feliz 2023 y esas mierdas.

Hasta más ver. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario