jueves, 31 de julio de 2025

Brave New World

Desde mayo no escribo nada. Debería haberlo hecho para vaciar un poco la mente de tooodo lo que me ha ido ocurriendo estos meses. Pero no me salía. No me salía escribir ni una palabra. Me he tragado muchos sentimientos. Muchas palabras. Muchos gritos. Y muchos silencios... Pero, pese a todo, aquí sigo.

Pensé sinceramente que, después de 2015, no iba a pasar por una época oscura a ese nivel en mi vida. De hecho no lo ha sido. Ha sido... Diferente. Pero a la vez similar. Lo que tengo claro es que la ansiedad que he pasado estos meses, NUNCA la he tenido. El necesitar la tv encendida cada noche para ocupar mi mente con otra cosa y poder dormir. La necesidad de estar siempre ocupado para no ser tragado por mis pensamientos. El dolor en el pecho que me ahogaba... Nunca jamás me había sentido así. Pero no todo dura para siempre. Ni lo bueno ni lo malo.

Y, a día de hoy, puedo dormir. Río de forma sincera. Estoy más... Feliz. Sí. Puedo usar esa palabra sin miedo a mentir. Ya sea a los demás o a mí mismo. Creo que era peor mentirme a mí mismo. La gente que me rodeaba, que me conocía, sabían perfectamente cómo estaba. Era yo el que no asumía mi situación. Quizás por miedo a caer en un pozo y no saber salir. Pero, por suerte, tengo a mucha gente alrededor que me quiere. Que me apoya. Que, pese a todo, siguen ahí. No dejándome desfallecer.

Y, por supuesto, mi gente de mierda. Sí, lo sé. Dicho así queda horrible. Pero mi gente de Aventuras de Mierda me han dado la vida. Y me la siguen dando. Gracias a ellos, he conocido (y sigo conociendo) a gente maravillosa. He hecho (y también sigo haciendo) cosas que nunca en mi vida había hecho. Quizás entre semana duermo menos de lo que debería. Sobretodo si no veo la hora porque me quitan el reloj y se lo guardan en el bolso para que no vea lo tarde que es y me vaya. Pero hay noches que he pasado que no las cambiaría por nada.

Tengo muchos pensamientos que siguen golpeando con fuerza mi cabeza. Tengo sentimientos que me presionan el pecho. Y tengo gritos y silencios que obstruyen mi garganta. Pero, pese a todo, estoy bien. Soy más feliz que hace dos meses. Y voy a pelear porque sea así. Necesito paz mental. Tranquilidad emocional. Siempre ha sido lo único que he pedido. Y voy a luchar por conseguirlo y mantenerlo. 

Prometo pasarme por aquí un poco más a menudo. No diré la frecuencia porque, a fin de cuentas, me conozco. 

Hasta más ver. 

viernes, 2 de mayo de 2025

Dar por hecho

¿Creéis que damos demasiado las cosas por hecho? Incluso a las personas. Frases. Miradas... La mayoría de veces sí, se acierta. Pero, precisamente por dar las cosas por hecho, nos confiamos.

"¿Para qué voy a estudiar? Si voy a suspender". Por lo tanto, no estudias y, efectivamente, suspendes.
"¿Para qué voy a ir? Si nunca hablo con nadie". Te quedas en casa y no sociabilizas. No das la oportunidad. Y lo dice un autista, ojo. Hablo con conocimiento de causa.
"Claro, tú qué vas a decir". Cuando te pregunta esa persona si la ves guapa o derivados. Aquí se invalida la opinión de la persona a la que se le pregunta. Porque claro, qué va a decir.

Pues así con muchos ejemplos. Y me paro un momento a hablar de que, también, damos por hecho a las personas. Damos por hecho que siempre van a estar ahí. Damos por hecho que van a decir X o Y. Damos por hecho que, hagamos lo que hagamos y digamos lo que digamos, van a estar ahí. No se van a ir a ninguna parte. Pero... ¿Y si se van? ¿Y si esa persona ya se cansa de que la den por hecho? De que cualquier persona le diga palabras bonitas a alguien, y ése alguien las valore MIL VECES MÁS que cuando se lo ha dicho esa persona dada por hecho. Menospreciamos muchas veces a la gente que está en nuestra vida porque damos por hecho que SIEMPRE van a estar. Y, cuando no lo están, nos enfadamos con esa persona. "¿Cómo se atreve?". Pues ése es el problema. El valor que le damos a las personas y a las cosas.

No podemos ir por la vida dando por hecho las cosas y a las personas. No siempre van a ser así las cosas. Blanco o negro. A veces, hay gris. Y no pasa nada. Miremos a nuestro alrededor. Peleemos por la vida. Valoremos todo y a todos los que nos rodean. Porque puede que ya no podamos algún día. Puede que nos perdamos muchas cosas por dar por hecho otras. Que no vivamos cosas maravillosas por dar por hecho tonterías. Que perdamos a personas por dar por hecho que siempre van a estar ahí. No valoramos su cariño. Sus palabras de afecto. Su amor incluso. 

Hay que mirar bien a nuestro alrededor porque, a veces, ya es tarde. 

Hasta más ver. 

martes, 18 de marzo de 2025

Keep calm and tómate una valeriana o dos

Una vez usé esto para hablarle a mi otro yo. Ése que sentía como encargado de mi vida cuando yo no podía más. También hablé con Rabia. Esta vez, toca hablar con Ansiedad.

- Siempre estás ahí. Más alta o más baja. Pero estás ahí. No me gusta.

+ No le gusto a nadie. Pero es lo que hay. Yo tampoco elijo aparecer. Me invocais cual demonio en un rito satánico.

- Buen símil. Me gusta. ¿Sabes cómo te defino en mi vida?

+ Iluminame.

- Como una habitación desordenada. Llena de cajas y trastos por todos lados y una radio sonando a todo volumen. Pero, no la encuentras. Ni si quiera eres capaz de identificar lo que suena. Si son voces, música o son interferencias.

+ Me gusta esa comparación. Igual es más acertada o más... Visual.

- Pues eso. El caso es que me canso de no entender lo que suena por la radio. Acepto que no la encuentre, pese a que me toque los huevos. Pero mínimo saber lo que suena. Igual entonces no me afectarías tanto.

+ Igual volver a terapia te agudizaria el oído. ¿No lo has pensao?

- Lo peor de todo es que pensé que ya estaba bien. Que no necesitaba ya la terapia. Pero esas dos noches en Madrid... Ése sentimiento que me dañaba por dentro... Encendió las alarmas. Y ahora pues te noto más fuerte. Me gustaría poder entenderte. Te acepto como parte de mi ser. Pero quisiera entenderte para, por lo menos, aliviar un poco la presión en el pecho. Lo gracioso es que desde fuera nadie lo nota. Bueno, si. Alguien si. Pero en general no. Supongo que cada uno es intenso a su manera y a mí me ha tocado serlo de forma interna.

+ Igual la terapia te ayuda a entenderme. Sé que a veces complico la vida, pero si quieres puedes verme como una señal del cuerpo cuando algo no anda bien.

- Precisamente tú eres lo que provoca que la cosa no ande bien. No me dejas dormir. O me despiertas. O haces que no quiera estar ni en mi casa. Ojalá funcione, pero hasta el mes que viene no puedo ir de nuevo a terapia.

+ Pues a ver si hay suerte y podemos entendernos. Te diría ya nos veremos pero, me quedo aquí. Al menos durante un tiempo.

- Si, ya. Lo sé. 

domingo, 2 de marzo de 2025

¿Lo harías?

Piensa en algo que ocurrió en el pasado. Eso que hiciste o te hicieron. Puede que en algo que te hiciera daño, muchísimo. La cosa es: si te dieran la opción de volver al pasado y modificar ese hecho para que nunca ocurriera... ¿Lo harías? Medita bien la respuesta porque no es fácil. Vas, lo cambias. Y, ¿luego qué?

Tengo el pensamiento de que todo lo que ocurre en nuestra vida, ocurre por algo. Nos cambia. Nos mejora o empeora. Pero, a fin de cuentas, no seríamos los mismos si no hubieran ocurrido esos actos. No hay acto sin consecuencia, por decirlo de alguna forma.

Lo que quiero decir es que, es lógico que nos gustaría cambiar cosas de nuestra vida. De nuestro pasado. Pero, sin todo lo vivido, no seríamos quiénes somos hoy. Ya sean cosas malas, buenas, reguleras... Nos han hecho como somos ahora. Y hemos superado mucho para llegar hasta aquí. Hemos aprendido de lo ocurrido. De los errores. De las victorias. Porque sí, la vida es una mierda. Pero también es aprendizaje. Puede que a veces debamos aprender a base de hostias. Pero nadie nos dijo nunca que iba a ser fácil. Y quien lo haga, es que no sabe nada de vivir.

Vive. Aprende. Coge aire cuando lo necesites y demuéstrale a la vida que, si has llegado hasta aquí. Puedes con todo. No necesitamos volver al pasado para cambiar las cosas. Por mucho que nos gustaría. Porque, sin ése algo, sin ese aprendizaje, no estaríamos aquí hoy en día. 

Y tú, ¿lo harías? 

lunes, 18 de noviembre de 2024

Orden

Es curioso lo que relaja ver una estancia ordenada. Piensas que no, que no molesta ese desorden. Pero ves todo en su sitio. Que hay huecos. Que no está todo encima de todo. Y respiras y sientes paz. Así de fácil debería ser ordenar los pensamientos, ¿cierto?

Entrar en tu cabeza. Ver todo lo que está patas arriba (porque lo está). Ser capaz de ordenar todo y sentir esa paz. Esa tranquilidad de que hay espacio. De que los pensamientos no se están amontonando unos encima de otros. Sentir ruido en la cabeza. Como si, debajo de toda esa mierda, hubiera una radio sonando a todo lo que da, sin identificar siquiera qué música suena y no tuvieras las narices de encontrarla y apagarla. O al menos bajarle el volúmen.

Es algo realmente molesto. No ser capaz ni de saber qué coño suena. Hay días en los que parece que se ha caído un cojin encima y opaca el sonido un poco. Ahí se respira algo de paz. No mucha, no vaya a ser que me acostumbre.

Últimamente siento eso. Que tengo mucho desorden mental. Que no soy capaz de ordenar esas cajas que hay por no saber etiquetarlas (entiéndase el símil). Si lo supiera, quizás podría encontrar también el camino a esa radio y bajar el volúmen de los huevos. Pero bueno, me conformo con ser consciente de ése desorden. Es un consuelo de mierda. Pero creo que sería peor no ser consciente de ello.
Pero en cuanto encuentre esa radio, la mando al carajo muy fuerte. 

Ha sido una entrada extraña. Pero al menos así sabéis cómo tengo la chota. 

Hasta más ver. 

jueves, 13 de julio de 2023

Soledad. Miedo. Ansiedad

Nunca pensé que tardaría en escribir cuanto más falta me hacía. Quizás se deba a sucesos de estos días o de hoy mismo. Si me apuráis mucho. Siempre tiendo a hablaros en plural. No sé muy bien a quiénes me dirijo. Igual es a más de una persona (por lo que el plural valdría), a Irene (la pobre suele tener la desgracia de leerme) y a mi mismo... O bien directamente a mi mismo. Pero como estoy loco IGUAL HABLO CON MÁS DE UN YO!! Os acordáis de eso, ¿no? Los diferentes yoes... Qué tiempos aquellos...

Luego mi psicóloga me explicó el por qué mi cabeza decidió escribir esas entradas y cobró sentido. Luego, me explicó otra cosa (LA cosa) y mi vida cobró más sentido. Pero eso lo dejaré para otra entrada. Igual me animo y también la escribo ahora. Justo cuando publique esta. Que ahora me he fijado en que se pueden programar las publicaciones. Primera noticia. A lo que iba, que divago.

Estoy yendo a otra psicóloga. A ver, técnicamente sí. Aunque pertenece al gabinete de la anterior. Orientate con María, os la recomiendo muchísimo. Y me presentó a Clemen, mi nueva psicóloga. Pues el otro día, en sesión, después de desahogarme, llegué a la conclusión de que me sentía solo. Pero no en ése momento, sino toda mi vida. 

Hice balance de la misma y me si cuenta de ello. Siempre he sentido que en clase estaba ahí. Simplemente existiendo. Pero que realmente no le importaba a nadie. Si faltaba, nadie se daría cuenta. A nadie le importaba. Cuando repetí, mis compañeros pasaron de mi. Me los cruzo ahora y creo que casi ni me saludan. Con mi grupo de amigos de donde vivo, lo mismo. Siempre he sentido que no encajaba. Igual era por la diferencia de edad, de gustos... Igual todos estos años me esforcé por encajar. Y me ha hecho más daño que beneficio. 

Incluso ahora, me siento así. Y diré lo mismo que le dije a Clemen: sé que soy importante para mi hijo. Sé que soy importante para Irene. Sé que soy importante para mi madre y mi hermana. Pero, esto mi cabeza me dice que es lo lógico. Que para mi hijo sea importante, es lo lógico. Soy su padre. Que para Irene sea importante, es lo lógico. Soy su compañero de vida. Que para mi madre y hermana sea importante, también es lógico. Soy su hijo y hermano. Mi cabeza me dice que otra cosa no sería lógica. Entonces, ¿qué? 

En el trabajo no me siento valorado. Abusan de mi. Me exigen demasiado y luego nunca agradecen nada. Siento la mirada de todo el mundo. Que estoy a prueba todo el tiempo. Nadie me dice "Dani, lo estás haciendo bien". Nadie. Y no sabéis la falta que hace escuchar esas palabras. No me siento valorado. Lo repetiré las veces que haga falta. Pero, esa es la cosa. No puedo darme a valer si no me siento así.

Estoy mal. Soy consciente que estoy mal. Toda esta situación me ha llevado a tener una fuerte ansiedad. A no dormir por las noches. A no querer que lleguen los lunes. A no querer salir de casa y quedarme en mi cuarto viendo la tv o jugando a la ps5 únicamente para tener la mente ocupada. Porque, en ella, sólo hay ruido. Como si mil voces hablaran a la vez. 

Sé que me recomprondré en algún momento. Lo sé. Pero, a veces, se me acaba el positivismo. Nunca me he sentido así y eso me agobia. Me da miedo. Porque no sé cómo ayudarme. No sé cuando saldré de este pozo. Que sí, que saldré. Pero necesito saber cuando. 

No quiero no poder más. No quiero ir con una máscara a mi trabajo. A las quedadas con mis amigos. No quiero rendirme. 

No quiero. Ni puedo. 

Hasta más ver. 

lunes, 2 de enero de 2023

Año nuevo, misma actitud. ¿No?

El otro día en la radio, me preguntaron acerca de mis propósitos para éste nuevo año. Mi respuesta fue que no tenía ninguno. Que, de hecho, el propósito que tenía era no tener propósitos. Y creo que mentí. Porque, sin quererlo, estoy haciendo uno: pasar de aquellas personas que pasan de mi. Suelo ir siempre detrás de las personas. Ya sea para no perder contacto, para no perder la amistad, para darles un toque de atención en plan "¡Ey, no te vayas de mi vida!".

Pero creo que ya me he cansado. Siempre tiro yo del carro. Siempre me acuerdo yo de felicitarles el año, de desearles felices fiestas, de mandarles un video en Instagram que me haya recordado a esas personas o bien que pienso que les puede gustar... Pues ya no. Al carajo. Estoy harto. Debo tener el pensamiento de que, si no me hablan, si no se acuerdan de mí, yo tampoco debo hacerlo en la otra dirección. No puedo obligar a esas personas a seguir en mi vida. Si no me quieren en la suya, pues que les den por culo y un abrazo.

La vida te junta con personas que solo están de paso. Aparecen en momentos concretos de tu vida y se van cuando ya han cumplido. Amistades con fecha de caducidad oculta. Sí, se le puede decir así. Seguramente incumpla mi nuevo propósito más de una vez. Pero, al menos, prometo mantenerlo todo lo que pueda. Aunque a veces ceda. 

En fin, que feliz 2023 y esas mierdas.

Hasta más ver.