sábado, 25 de marzo de 2017

De vergüenza

Posiblemente este no sea el sitio más idóneo para hablar de esto. Pero si no digo algo, reviento.

Pasó en agosto, lleva desde entonces de baja en el trabajo. Estuvo a punto de morir. Es tu puñetero hermano. Y, ¿no eres capaz de coger el puto metro o de decirle a tu marido que te acerque a verle? No es tan difícil. Quedaste muy bien yendo al hospital, soltando lagrimitas y poco más. No digo que no te doliera o te preocupases en ese momento, pero solo duró ahí. Ni tus hijos llaman para preguntar por él. Que tu madre te intente excusar sabiendo que no tienes defensa. Porque os quiere a los dos. Pero no eres capaz ni de mover el puto culo para llamarle por teléfono más de una vez cada dos meses.

Que tienes la parada de metro al lado de casa literalmente, ¿eh? No sé cómo puedes, podéis mejor dicho, estar tan tranquilos. Pero nada, tú sigue en tu puñetera casa. Que ahí estás muy bien.

Perdonad esta entrada, pero necesitaba escribirla.

Hasta más ver.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Shut up and take my money!

Todos fantaseamos con que alguna vez nos toque la lotería. Millones en nuestra cuenta bancaria que nos permita hacer lo que queramos, comprar lo que queramos. Y yo, obviamente, también sueño eso.

Llevo trabajando como auxiliar de topografía desde el 6 de junio de 2016. Si, el día 6, del mes 6, del año 2016. Tiene narices, ¿eh?. En fin, que eso. Es un trabajo duro pero, a fin de mes, lo agradezco. Eso si, madrugar de lunes a viernes y llegar a casa reventado, no mola nada. Pero para qué mentir, ya me he acostumbrado a ambas cosas. Y diréis: "¿Qué leches tendrá esto que ver con la lotería?". Ahora voy, impacientes.

A menudo me pongo a fantasear con eso, con que me toque la lotería. Con las cosas que compraría... Y de repente, caigo en el tema del trabajo. ¿Realmente lo dejaría? La respuesta más rápida es un SI como una catedral. Pero, vamos a pararnos un momento a pensar. Si, en mi caso lo de pensar cuesta más trabajo por falta de práctica xD.

Con parte del dinero que me tocaría, contrataría a profesores particulares para poder quitarme de en medio ya bachillerato (25 años y sin bachiller T.T), bien directamente la PAU (la prueba para el acceso a la universidad, para los menls avispados que no lo entiendan). Que aun así con esto último me estoy poniendo a ello. Pero con profesores, tendría más... Ayuda o motivación, como lo queráis llamar.

Bien, una vez que hubiera aprobado el examen, me gustaría estudiar psicología. Concretamente psicología criminal. La mente humana siempre me ha fascinado. Y, ¿qué mejor mente para investigar que la de un criminal? Supongamos que todo esto sale bien y demás. En todo el camino que hay desde aprobar el exámen hasta sacarme la carrera, algo más tendría que hacer. Sí, estudiar para todo ello. Pero por mucho que yo quisiera mantener un horario para estudiar y demás quehaceres, me lo acabaría saltando. Mi descontrol con el horario sería caótico, y eso no lo quiero. Además que me acabaría aburriendo, lo más probable.

Qué si, que leéis esto y diréis: "que sí, chaval. Que el trabajo lo dejarías. No me cuentes historias. No vas a madrugar para ir a un trabajo que desgasta mucho físicamente teniendo un pastizal en el banco". Puede ser. Sinceramente no lo sé. Quiero creer que no lo dejaría. El trabajo me ha creado un horario, una rutina. Algo que hacer, a fin de cuentas. No sé... Seré raro. Ni yo mismo me entiendo muchas veces.

En fin, que me enrollo como siempre. Tengo que mejorar eso bastante, entre otras cosas. Pero es que me enrollo hablando en persona y también por escrito. Soy un desastre xD.

Bueno, que buenas noches y esas cosas.

Hasta más ver.

lunes, 20 de febrero de 2017

Importancia y esfuerzo

Soy de los que piensa que no se hace a la gente feliz a base de regalos y no hechos. Y no porque algo sea caro, es mejor.  Obviamente. Pero, también me encanta ver la cara de felicidad y sorpresa de la gente a la que regalo.

Éstas navidades, aprovechando que tenía dinero por mi trabajo, decidí que mi familia tuviera unas navidades con unos regalazos. Porque se lo merecían, y eso hice. Me puse a pensar en los regalos adecuados para cada uno, y los compré. Me echaron la bronca cuando se los dí por la cantidad de cosas y por el precio que habrían costado. Pero no me importó,  en cuanto vi sus caras de felicidad y las lágrimas de mi padre, me di cuenta de que hice lo correcto.

Después de navidades, he seguido regalando a gente a la que quiero. Aunque fuesen detallitos, pero quería hacerles feliz.

Intento poner atención, comerme la cabeza por saber qué puede hacer feliz a la persona. Ya sea material o no material. Siempre lo he hecho o al menos lo he intentado. Y me jode que la gente no tenga esos mismos detalles. Que se preocupen más por sí mismos o bien por gente que no merece tanta atención. Será un deseo caprichoso, pero me gustaría que la gente se preocupase por mí igual que hago yo con ellos. No con esto quiero decir que deben regalarme cosas. No quiero que se me malinterprete, que suele pasar por lo mal que me explico. Lo que quiero decir es eso. La misma preocupación que pongo en los demás, que sea algo recíproco.

¿Es mucho pedir? Creo que no. Obviamente, jamás hago las cosas esperando algo a cambio. Jamás. Pero es como cuando haces bien un trabajo o bien sacas una notaza, y te dicen "es lo que tienes que hacer", en lugar de animarte o felicitarte. No sé, me explico fatal y seguro que toda ésta entrada se entenderá de la manera que no quiero o pretendo. Pero bueno, estoy acostumbrado a ello.

Acabo de caer que ni he saludado después de tanto tiempo. ¡Hola! ¿Todo bien? Espero que si. Ea, ya he cumplido.

Como iba diciendo, me preocupo demasiado por la gente, esperando el mismo trato. Y luego llegan las decepciones. Tengo un tweet fijado al que nunca hecho cuenta. Porque es un gran consejo, y no lo sigo ni aunque me paguen. Como siempre, doy consejos pero no sigo los mios. Absurdo, ¿no?

Debería despedir ya ésta entrada, que acabaré enrollandome demasiado y acabaré aburriendo, si no os habéis aburrido ya. Que suelen decir que me enrollo. Pero no tanto, osea... Mierda... Ya me estoy enrollando, ¿no? 😅. Me voy ya xD

Hasta más ver.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Tu reino por mis pensamientos

Llevo demasiados días (quizás semanas) pensando en ti. Mirando tu foto, o tu estado de WhatsApp. Ver si hay cambios o no. Incluso tu instagram, aunque no pueda verlo. Lo único que no miro es tu blog porque sé que lea lo que lea, me hará daño. Y ésto no es tu culpa directamente, ¿eh? Es mía por tomarme las cosas de otra manera. Esperar que algún día escribieras algo por mi, y cuando lo hacías eran cosas malas o cosas que me dañaban.

En cuanto has llegado a mi segunda o tercera frase has tenido que saber que me refiero a ti. O incluso nada más entrar. Hace tiempo que no escribo porque sólo sería hablando de ti. Y no quería. Cualquier sentimiento referente a tu persona, lo reprimía. Aunque a veces no pueda evitar tuitear algo de ti o para ti. Quizás esperando que lo leyeras o reaccionaras. Un pensamiento muy infantil, lo reconozco. Pero ya me conoces, soy así.

Muchas veces me he grabado en audio hablando de estos temas. De ti o de cómo me siento. Incluso he llegado a grabarme con la cámara, aquella que me regalaste. Todo esto para analizarlo en el futuro. O simplemente para reflexionar acerca de cómo estaba en ése momento. Ninguno de esos archivos verá jamás la luz.

Probablemente me arrepienta de escribir esta entrada. Probablemente quiera borrarla. Y probablemente ni la leas, ya que dijiste a principios de noviembre que ibas a dejar de buscarme en redes sociales (incluido esto, supongo). Me prometí a mi mismo hacer lo mismo, pero sólo lo he conseguido con tu blog. Y ya bueno... Supongo que no he podido reprimirme más y he decidido desahogarme aquí.

No confío en que me leas. Ni los de tu entorno. Simplemente escribo esto para eso, desahogarme. Y también para decirte que te echo de menos más de lo que me gustaría. Que muchas veces desearía tenerte a mi lado, contarte mis comeduras de cabeza. Pedirte ayuda cuando me viera demasiado agobiado. Dormirme abrazado a ti. Provocarte esa sonrisa que siempre me ha encantado. Todo eso, pese a todo.

Es para tortearme la cara, lo sé. Pero reprimirse nunca es bueno. Acaba uno explotando.
Querría sacarte de mi cabeza, pero me siento incapaz.

Las cosas son más distintas de lo que vemos o leemos. Y las frases que escribimos en cualquier sitio, se malinterpretan. Bueno, y lo que no son palabras, también. Esto último seguramente sólo lo habré entendido yo. O quizás tú también.

Creo que ésta es la entrada más larga que he escrito. Supongo que pasará un tiempo hasta que vuelva a escribir. Según en las circunstancias en las que me encuentre.

Hasta más ver.

jueves, 27 de octubre de 2016

De todo

¿Os acordáis de la entrada rara anterior? Se podría considerar ésto su segunda parte. Allá vamos.

A lo largo de mi vida, me han llamado de todo. Pero de todo, vamos. ¿Dolía? Obviamente. Pero, con el tiempo, aprendí que las palabras no significan nada. Son sólo palabras, y éstas se las lleva el viento.

Lo importante no son las palabras en sí, sino quién te las dice. Y con qué intención, claro. "Qué cabrón eres", podría molestar a cualquier. Pero, dependiendo de quién venga, se podría traducir incluso en un "Te quiero". Es curioso, es raro. Pero es así.

Ésto también tiene sus partes malas, como todo. Cuando personas a las que quieres, aunque no sean de tu familia, te dicen palabras (aunque sean tonterías), que duelen. Que sientan mal. Que sobran en exceso. Sobretodo después de haberte machacado en diferentes ocasiones. Tengan motivos o no. Eso ahora no viene al caso.

Son sólo palabras, y nosotros decidimos darles importancia o no. Elegimos que nos duela algo o no. Dejamos que algo nos afecta o no. Pero a veces no se puede evitar que nos haga daño, por mínimo que sea. Pero todo pasa. Se perdona, pero no se olvida. O se olvida también, eso ya depende de cada uno. O ni lo uno ni lo otro, que también puede pasar.

Creo que sólo me estoy entendiendo yo. O quizás alguien también me entienda. A saber...

No me voy a explayar más. Curiosamente ésta no era la entrada que quería escribir como segunda parte, pero así ha surgido. Ya vendrá una tercera, no os preocupéis.

Hasta más ver.

domingo, 23 de octubre de 2016

Entrada rara. Primera parte

Ésta entrada no sé ni con qué objetivo lo hago, pero allá va. Supongo que necesito escribir, simplemente.

Aviso a navegantes: posiblemente saltaré de un tema a otro. Lo digo por si os perdéis o pensáis que se me ha ido la olla. Más de lo normal.

He vuelto a matricularme en bachillerato para adultos. Si, otra vez. Creo que ya son... ¿4 veces? No lo sé, y tampoco me apetece pararme a pensarlo. Dejémoslo en que van unas cuantas. La diferencia es que ésta es a distancia. ¿Motivo? Porque desde el 6 de junio de éste año (6 del mes 6 del año 2016. Qué de seis, ¿no?) estoy trabajando y asistir a clase no me es posible. Sólo tengo que asistir a los exámenes, que por suerte caen en sábado. Supongo que lo hacen queriendo por las circunstancias de las personas que se apuntan al de distancia. O yo que sé. El caso es que tengo que montarmelo bien, prácticamente por mi falta de tiempo o de ánimos. Por así decirlo.

Me levanto de lunes a viernes a las 07:00 para entrar a trabajar a las 08:00. Luego, salgo a las 19:00 y entre que llego a casa y demás, son ya y media. Después, me tengo que duchar. Y dependiendo del día, me toca bañar también al peque. Además de darle de cena y dormirlo. Supongamos que todo eso lo termino sobre las 22:15, más o menos. Eso me deja una hora y pico para poder hacer algo, ya que me intento acostar "temprano" para poder estar descansado para al día siguiente. En esa hora y pico, tengo que ponerme en el portátil, buscar las actividades que tenga, e intentar hacer lo que pueda.

Tengo 5 asignaturas (tengo que averiguar qué leches ha pasado con filosofía). Y tengo que entregar todas las actividades antes del 27 de noviembre, menos de historia que tengo el curso entero para entregarlas. Bien, añadirle también que sólo llevo matriculado una semana o así porque he tenido que esperar a la matriculación extraordinaria por problemas con el papeleo. Una historia muy larga que no me apetece escribir. Osease, que tengo menos tiempo.

Ah, y los exámenes son el 3 de diciembre. Y pensaréis "coño, pues usa los fines de semana". Ya, eso también lo he pensado yo. No te jode... Obviamente los usaré. ¿Problema? Sólo en mi cuarto, me distraigo. Si estoy con más gente, que también están haciendo cosas de clase o bien estudiando, me motivo y sigo. Ya me han dicho de irme a la biblio y demás, pero entre una cosa y otra no he podido. Y me doy coraje, porque tengo que sacar tiempo aunque sea de debajo de las piedras.

Considero a ésto como mi última oportunidad en temas de estudios. He estado dando demasiados bandazos absurdos. Perdiendo el tiempo innecesariamente, mientras otros lo aprovechaban. Y ya decidí que se acabó. Así que bueno, tengo que compaginar trabajo con estudio. O estudio con trabajo. Como lo prefirais. Tiendo a agobiarme con facilidad, pero debo tranquilizarme. Tengo que hacerlo. Porque sólo así podré cumplir mis objetivos. Tendré que hacer muchos esfuerzos y/o sacrificios para conseguirlo. Pero merecerá la pena. Lo sé.

Y bueno... En realidad podría hablar también de otro tema que me ronda muchas veces por la cabeza. Pero ya que he escrito éste tocho hablando de mis estudios, pues creo que mejor lo dejaré para la siguiente entrada. Que probablemente la escriba mañana. O dentro de un rato, quien sabe. No, mentira, dentro de un rato no porque me voy a dormir ya. Lo haré mañana.

Así que... Podría llamar a ésta entrada... Algo, primera parte. Y ya la siguiente entrada pues será a segunda. Más que nada porque posiblemente estén relacionadas. Me lio yo sólo. Menos mal que me entiendo, o eso creo.

En fin, que buenas noches y esas cosas que se suelen decir.

Hasta más ver.

viernes, 14 de octubre de 2016

Proyectos

La gente continuamente crea proyectos. Ya sean de trabajo o de vida. Pero los crean.

¿Dónde están mis modales? Ni un "hola", ni un "buenas"... Nada. ¡HOLA! ¿Me recordáis? Soy ese tío, un poco tonto, que le da de vez en cuando la vena de escribir alguna entrada en su blog. ¿Qué tal? Genial, ¿no? Ea, pues ya he quedado bien.

Esto... ¿Por dónde iba? ¡Ah, si! ¡Proyectos! ¡La gente crea proyectos!

Y yo, no iba a ser menos. Tengo varios proyectos en mente que hasta ahora los veía difíciles de llevar a cabo, que no imposibles. Concretamente uno. Pero, la vida de vez en cuando quiere echarte una mano. Cuando no lo hace al cuello.
Es un proyecto a largo plazo, no puedo ponerle fecha de inicio ya que ni yo mismo sé cuando será plausible. Pero de una cosa estoy seguro: no será en un futuro lejano.

Me lo tengo que montar muy bien para que se pueda realizar, eso sí. Pero bueno, tengo fe en que podré hacerlo. Y viajes. Muchos viajes. Eso sí que tengo que montarmelo bien para poder hacerlo. Aunque sean fines de semana sueltos. Simplemente viajar, conocer sitios nuevos, conocer gente nueva...

No sé... Realmente tengo mucha ilusión por éste nuevo año que entra. Aunque sea impar, que ya ves tú lo que eso me importa... El caso, que quiero hacer de 2017 un gran año. 2016 no ha estado nada mal, la verdad. Pero siempre tenemos que ser más ambiciosos en éste aspecto. No conformarnos con lo que tenemos. Sino hacer del día a día, una experiencia nueva. Una nueva aventura. Algo nuevo, simplemente. Vivir. Suena sencillo, ¿eh? Pues ya sabéis.

Hay que querer vivir. Hay que descubrir cosas nuevas todos los días. Querer ser feliz. Y si ya lo eres, pues entonces comparte esa felicidad con los que te rodean. Yo lo hago, aunque como toda persona también tengo mis días malos. Pero no por ello dejo de ser feliz.

Se acercan buenos tiempos. Y estoy preparado para ello.

Hasta más ver