"Sólo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que salga todo bien".
Esa sonrisa.
Esos ojos.
Esas manos suaves.
Esas risas.
Esas charlas en el coche.
Esa siesta en el césped.
Besos.
Abrazos.
Su respiración junto a la mía.
Sus buenos días.
Sus buenas noches.
Tú.
Ya no habrá nada de eso. El miedo no nos deja arriesgarnos, no nos permite continuar. Había algo, una palabra, un sentimiento, que siempre pensamos que superaría las barreras del tiempo. Luego pensamos que superaba todas las barreras. Quizás no fuese así, o quizás si.
La distancia dicen que cura, pero no olvida. Y, entonces, ¿qué nos deparará el futuro? ¿Qué nos queda ahora? No, no es un adiós para siempre. Es un "hasta luego", o un "hasta pronto". Quizás eso nos haga falta: tiempo. Quizás nos volvamos a encontrar, o quizás no.
Mientras tanto, disfrutaré cada llamada o cada momento en que nos veamos en tu puerta. Siempre nos quedará eso. O cartas que jamás nos enviaremos, WhatsApp que no mandaremos... Algo parecido decían en la peli Casablanca. "Siempre nos quedará París".
Quien sabe, quizás esa palabra, ese sentimiento, si supere todas las barreras.
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